¡¡¡Uh!!! Qué poco pagan por un beso, que mucho cuesta lo material. Qué poco ofrecen por un abrazo y qué mucho gastan en cualquier cuota mensual. Qué ventaja que sea barato compartir un café en casa acompañado de una interesante conversación y vaya Dios a saber de qué otra cosa más, pero siempre mejor que una llamada por celular. Menos mal que no cobran por las miradas sino me endeudaría hasta el alma. Y si de precios estamos hablando, no se cuantas toneladas de oro valdría una milésima parte de tu corazón. Migas de pan sería el caviar si lo comparamos con el valor de tu sonrisa. Si de tu amor hablamos, un precio justo sería imposible de encontrar. Si vamos a invertir en algo, las acciones de tu compañía sobrepasarían la de cualquier empresa, incluyendo una multinacional. Tus caricias, tan brillantes, auténticas, salvadoras, poderosas y llenas de pasión, hacen que unos diamantes parezcan solo pedazos de cartón. Gastando miles en un televisor que nunca dará una imagen de mejor resolución que la de tu cara cada mañana. Y si de sonido se trata, no hay parlante que pueda reproducir una canción capaz de sanar tanto como tu voz. Gastamos tanto en lo que no necesitamos. Necesitamos tanto lo que no podemos comprar.
Pipo es un chico como cualquiera, con este blog se expresa y comparte su día a día. Sus noches de dolor y momentos de felicidad.
sábado, 29 de agosto de 2015
jueves, 6 de agosto de 2015
Tiempo, tiempito
El
tiempo.
Ese regulador de instantes. Efímero cada tanto. Relativo por
momentos. Tic tac constante que trabaja sin freno. Amado y odiado por
temporada. Muy pícaro es, justo cuando confías que lo tienes de sobra para
lograr algo, éste se aviva y empieza a pasar rápido. Pero hay momentos amargos
en los que el tiempo decide tomarse un descanso y pasa todo tan lento. Es tan
cruel y angelical. Se escurre en cada
situación, y de forma invisible se metamorfosea para que lo bueno tome
velocidad y se escape y lo malo parezca que se demora de más. He ahí lo
relativo que resulta ser. Para nada significa que sea malo, Aunque el tiempo
aprieta de a ratos, en reiteradas oportunidades ejecuta un complot para que las
cosas pasen. Que los momentos gratificantes ocurran. Y cuando esto pasa, se
producen cambios, y con cambio hay progreso. Poseer esa virtud de hacer y
deshacer, construir y destrozar, enfermar y sanar es lo que lo hace especial.
En fin, lo único real que conocemos de él es que es finito y, por suerte,
gratis. A compartirlo con quien se lo merece de verdad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)