compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites

domingo, 1 de noviembre de 2015

Un café, por favor.

La vida avanza a velocidades impensadas. Un ritmo taquicárdico se mantiene. El estilo de vida actual aprieta en todos los ámbitos imaginables, hasta en el amor. Soy de los que creen que para conocer una persona se necesita tiempo. Como regla básica pienso que es imprescindible compartir al menos 1 café y medio con una persona como para lograr conocerla. Con esto lo que quiero decir es que sin un mínimo de un 1 café y medio compartido, nadie debería ser capaz de negarle a alguien la posibilidad de entrar a nuestras vidas porque estaríamos pecando de prejuzgosos. Con el primer encuentro, la primera charla, la primera bebida, uno se lleva la primera impresión. Muchas veces considerada la más importante y fundamental, pero no definitiva. Lo decisivo será el medio café restante. Ese medio cafecito super importante por donde se lo mire o saboree. Será el que nos impulse a seguir avanzando o darte cuenta que esa relación no es para vos. Mostrará la diferencia entre aferrarse o soltar, dejarla ir o no. ¿Cómo te darás cuenta? seguramente te preguntarás. Te contaré que si percibís que ese medio café parece ser el más amargo de tu vida, definitivamente, no es para vos, sufrirás en cada sorbo y disfrutar de su aroma será dificultoso por donde se lo analice. Pero en cambio si la afinidad y la química conspiran favorablemente terminarás ese café y la ansiedad interna te llevará a querer más, y más. De ahí en adelante sentiremos la necesidad de repetir ese café una,dos o vaya uno a saber cuántas veces más.



 Como vemos todo esto lleva tiempo. Y a lo que me refiero, no hay que apurarse a la hora de amor y muchos menos si no estamos preparados. Muchas veces no estamos en condiciones de amar y el tiempo se transforma en nuestra más preciada necesidad. Por eso, vamos despacio para no alborotarnos. Aunque la mente corra por vos. Cuando la logremos parar, podremos finalmente avanzar a paso firme. En este momento mi imaginación es amplia, la figura de ella está en todos mis pensamientos, pero no me considero apto de cumplirle todos sus deseos profundos. Se que pidiendo que esperes me arriesgo a perderte. Tengo en claro que con el tiempo los sentimientos poco estimulados se van esfumando y las palabras escapan junto con el viento, como tinta china en el mar. Pero vamos despacio y con calidad. Necesitaría ordenar ideas que excesivamente revueltas se encuentran en mí. Las ganas de tenerte a mi lado no faltan, ellas retumban sin parar, llamándome día a día. Están ansiosas de tener un encuentro con vos. Una resistencia constante existe, todo culpa de mi estado mental. Aguántame hasta que esté 100% para vos. Hasta que esté completo de cuerpo y alma para brindarme a tu ser. Cuando mi felicidad esté reconstruida y la pueda compartir. Cuando mis heridas sean solo cicatrices. Prometo que cuando este infierno tome color cielo podré entregarme en plenitud. Siendo lo que somos, siendo tal para cuál, nos merecemos todo y mucho más. Pero, ojo, vamos despacio para no chocar. En fin si realmente es amor, se que podremos con esto, y seguramente con una infinidad de cosas más, porque el café y medio que tomamos no nos mintió.